viernes, 30 de noviembre de 2007

El espacio



Cincuenta años después del lanzamiento del Sputnik, el hombre se ha adueñado del espacio y utiliza en muchas de sEn su día a día, el hombre del siglo XXI se sirve de todo tipo de útiles inventados para la tecnología espacial, así sea en comunicaciones (telefonía, televisión), transportes (localizador GPS), trabajo (informática, internet) o medicina (desfibriladores cardíacos).
Los nuevos materiales y tecnologías "necesarios para nuestros programas espaciales (...) ofrecen un increíble fondo, utilizable en la aplicación de soluciones nuevas e inteligentes a los problemas que se plantean en la Tierra, y que mejoran nuestra vida cotidiana", destaca Frank Salzgeber, responsable de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
Para Marc Pircher, director del Centro Espacial de Toulouse (Francia), "las aplicaciones que abarcan al mayor público son las telecomunicaciones", a saber la telefonía, la televisión y la transmisión de datos, principalmente.
Otras aplicaciones de extendido uso son las empleadas en la meteorología, muy importante para la economía (turismo, transportes, obras públicas), así como en la navegación y la localización geográfica (GPS, operaciones de rescate). "Se trata de aplicaciones que revolucionan nuestro comportamiento", apunta Marc Pircher.
Sin embargo, observa el experto, "se habían puesto muchas esperanzas en la microgravedad", con la fabricación en el espacio de cristales para la industria farmacéutica o la producción de semiconductores, pero "éstas no se materializaron".
Los avances logrados en las estaciones espaciales -la antigua MIR y la actual Estación Espacial Internacional (ISS)- "siguen siendo muy científicos y puntuales, y los beneficios para el gran público o la industria son muy limitados", explica Pircher.
Las investigaciones continúan en cualquier caso, con el envío de experimentos a bordo de cápsulas espaciales automáticas Photon, o en la ISS, que pronto contará con laboratorios espaciales estadounidense, europeo, ruso o japonés.
Pero los trabajos de construcción en la ISS están siendo muy largos, y numerosos expertos ponen en duda el interés de las investigaciones que se puedan llevar a cabo en los nuevos laboratorios.

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